La isla de Tavira es una de las múltiples que forman parte del parque natural de la Ría Formosa, al sur de Portugal en la región del Algarve. Para acceder a ella, podemos ir a Tavira y coger uno de los múltiples barcos que nos acercarán a ella o bien cruzar desde la localidad de Piedras del Rey (Pedras del Rei).
La isla tiene una playa de 11 km, aunque según la localización se denomina de forma diferente: Praia da Ilha de Tavira, Praia da terra estreita, Praia do Barril y Praia do Homem Nu.
Nosotros fuimos a la localidad de Pedras do Rei. Allí conviene dejar el coche en un parking de pago que hay, ya que por fuera hay poco sitio para dejarlo, sobre todo en verano. Además el parking no es nada caro.
Nos vamos a dirigir a la Praia do Barril, pero lo primero que tenemos que hacer es atravesar la ría Formosa. Para ello han instalado un puente curioso sobre plataformas móviles para que puedan subir y bajar con las mareas.
Una vez atravesada la ría Formosa nos encontraremos con la estación del tren. Se trata de un antiguo tren que fue construido para apoyar a la antigua industria del atún que existía en la Praia do Barril. Actualmente su uso es turístico exclusivamente.
El tren nos lleva hasta la playa durante un trayecto de unos 10 minutos y algo más de 1 km de recorrido. Pero si no queremos cogerlo, podremos ir caminando por un camino paralelo, que es lo que hicimos nosotros.
En realidad son dos trenes, dos máquinas que se cruzan en la parte media gracias a un desdoblamiento de la vía. Como no tienen sitio para dar la vuelta el regreso lo realiza marcha atrás.
El ancho de vía no es convencional, sino que tiene 60 cm, sin traviesas.
La foto inferior es llegando a la estación de la playa del tren turístico.
Cuando llegamos a la playa, hay diversos establecimientos turísticos, bares, restaurantes, museo...
Cuando llegamos a la playa vemos uno de los atractivos de la misma que es el cementerio de anclas (Cemitério das Âncoras).
No se sabe cuando se comenzaron a depositar aquí las anclas. No están aquí por casualidad sino que son los vestigios que queda de la industria atunera que tuvo Tavira hace muchos años. Impresionan.
De vuelta a la playa, está muy bien acondicionada, con zona de sombrillas y tumbonas y zona libre para ponerla donde uno quiera. Tiene vigilancia en la zona de llegada del tren, que es donde se acumula la gente.
Sin embargo, sin nos ponemos a caminar, en este caso hacia poniente llegará un momento que no veamos a nadie, ya que el arenal es inmenso. Parece que se ve el final pero nunca se llega.
Por problemas de tiempo, estaba empezando a anochecer y tenía a toda la familia esperando preocupada, ya que había dicho que iba a dar un paseo, no pude llegar hasta el final. Para otra vez.
La vuelta por supuesto por el camino paralelo al tren hasta cruzar nuevamente el puente.
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