Ruta realizada el día de nochebuena del 2018. Navegar por la ría de Noia es siempre un placer. Y sobre todo en "temporada baja" de turismo. Domingo con sol y nubes y buena temperatura.
Salida de la playa de Boa, con marea baja y viento del este. Rodeé la barra arenosa que se extiende en el fondo de la ría, pasando al lado del puerto del Testal.
Desde allí, en paralelo al puente de la ría de Noia, pasé entre las filas de rocas. Empecé a navegar hacia el fondo de la ría, donde está el puente de la AC-554.
En el estuario del Tambre, al estar la marea tan baja, hay que elegir bien el camino para no quedar varados. Rodeé la Punta Peón o Punta Saiñas.
Una vez cruzado el puente de la nacional, enfilé hacia Ponte Nafonso. Aquí hay que tener cuidado con el viento, ya que si entra de frente es un suplicio, porque es muy ancho y las orillas no nos protegen.
El actual puente de piedra data del siglo XIV, que sustituyó otro más antiguo de madera mandado construir por el rey Alfonso II el casto, en el siglo IX.
El puente estaba constituído por 27 arcos con una anchura de 3,85 metros. En el siglo XIX fue reformado para ampliar su anchura.
Una vez pasado el puente el río se amplía a lo ancho, rodeado de juncales por los dos lados. Antes de la primera curva del río, nos encontramos una isla en medio. A la ida opté por ir por la izquierda, que se da más rodeo. Se pasa por delante de la finca del Pazo de Tambre. Cuando los juncales terminan, empieza el espectáculo de la naturaleza, ya que las orillas están llenas de árboles autóctonos.
Seguí subiendo por el Tambre hasta la central eléctrica, que estaba en funcionamiento, con el agua cayendo por dentro del tubo. Y, por supuesto, di la vuelta.
No intentéis atravesar la corriente lateral que se forma, ya que tiene tanta fuerza que os lanzará contra la orilla pedregosa. Ya me arriesgué una vez y las pasé canutas.
Con las lluvias intensas que hubo las semanas anteriores, se ven pequeñas fervenzas en los regatos que desembocan en el Tambre.
Siempre que navego por el Tambre hago lo mismo: a la ida voy pegado a una orilla y, a la vuelta, por la de enfrente.
En la fotografía siguiente se puede observar los juncales que rodean el río y se aprecia el pequeño embarcadero del Pazo do Tambre.
Si podéis acercaros al embarcadero, hacerlo ya que la finca desde este punto es muy bonita, tiene un sendero que viene hacia el río rodeado de dos hileras de árboles. No es la primera vez que veo a unos novios haciéndose las fotografías de la boda.
Una vez que dejamos el embarcadero seguimos navegando río abajo y nos encontramos esta estructura industrial abandonada.
Si tenéis suerte en un día que no haya viento y tengáis la luz adecuada, podréis obtener bellas estampas en el puente de Pontenafonso.
Pasado el puente, vemos algunas casas aisladas en la margen derecha del río, donde se pueden obtener unas maravillosas fotos.
Y ya con marea alta y con viento de oeste, me dirigí a la Playa de Arnela, para limpiar un poco más la mierda que se tira desde los barcos.
FICHA DE LA RUTA:
1.- 15,41 millas naúticas (28,54 km)
2.- 5 horas y 25 minutos
3.- Lugar de Salida: Playa de Boa grande.
COORDENADAS: 42º46'46.218"N, 8º55'51.283"W
4.- Dificultad: moderada.
5.- Ruta en WIKILOC
