La ruta parte del pueblo de Candelario, en la Sierra de Béjar, Salamanca. Es uno de los pueblos más bonitos que conozco. Merece la pena perderse por sus calles, subir hasta la Iglesia y comer en alguno de los restaurantes.
Un buen sitio para dejar los coches es a nivel del parque, ya que nos obliga a pasar por la parte baja del pueblo, por la ermita y continuar por la calle del Barranco.
Una vez fuera de Candelario continuaremos por la carretera y, al llegar al desvío que sube a las Traviesas, continuaremos de frente hacia el pantano.
Enfrente de nosotros veremos el cordal de la Peña Negra, ruta que sube desde Llano Alto
En una curva de la carretera, sale un camino de frente marcado con las marcas de sendero de pequeño recorrido, que cogeremos a mano derecha. El camino es ancho e iremos rodeados de castaños y robles. En alguno de los tramos iremos sobre la antigua calzada romana que existió en este lugar.
También podremos observar alguna construcción de adobe, un material muy utilizado en esta zona de Salamanca.
Llegamos ya a nuestro destino, Puente Nueva, un antiguo puente que cruza el río Cuerpo de Hombre, dejando una laguna que hace las delicias de los bañistas en época de verano.
Aquí podemos retornar a Candelario volviendo sobre nuestros pasos, o continuar de frente para volver por la otra vertiente del río.
En algún punto habrá que atravesar algún pequeño afluente del río, para lo que han instalado un tronco rudimentario. Cuidado al pasar ya que no genera ninguna confianza y un chapuzón en pleno invierno no le apetece a nadie.
El camino del otro lado es menos cómodo que el que llevábamos, ya que en inivierno está cubierto de hojas, con gran cantidad de piedras escondidas, que nos pueden dar un susto.
Sin embargo, merece la pena ya que las vistas que vamos a tener de la Sierra de Béjar son magníficas, con sus cumbres.
El camino llega al que sube hasta Llano Alto, teniendo que desviarnos a la derecha para bajar nuevamente hasta el río. Allí hay otro puente y las ruinas de una antigua fábrica.
Desde la altura del puente tenemos una magnífica vista del río Cuerpo de Hombre, que baja danzarín hacia Candelario.
Desde el río hay una pequeña pendiente de subida, por calzada romana en ocasiones, que nos devuelve a la carretera, a la altura del parque de bomberos.
Después de la ruta que mejor que quedarse a comer en alguno de los restaurantes de la villa de Candelario y disfrutar de unas patatas meneás.