¿Qué hacer en una tarde de invierno con solo y ganas de caminar un poco por la naturaleza en Santiago?
Tenemos en Santiago el privilegio de una ruta de senderismo que transcurre al lado de la ciudad, sin necesidad de desplazarnos en coche. La ruta corre paralela al pequeño río Sarela y permite constatar la importancia histórica que en la articulación del territorio han tenido los cauces fluviales: puentes, acequias, canales, molinos, fábricas de curtidos...
El Sarela a pesar de su corto recorrido, que nace y muere en el municipio de Santiago, sirvió de asiento a unas ocho fábricas de curtidos. Aunque la mayoría de ellas están hoy en ruinas, todavía conservan, inequívocas, las huellas de su pasado. En estas industrias artesanales, que tuvieron su esplendor durante el siglo XIX y principios del XX, se completaba todo el tratamiento de las pieles hasta que estaban listas para ser convertidas en zapatos, correas, cartucheras...
La ruta está perfectamente acondicionada y se ha preservado toda la vegetación de ribera que tiene, gracias a una pasarela elevada de madera. Cuidado con no resbalar en esta época, ya que suele estar mojada.
La ruta parte de la rúa do Bidueiro en la parte inferior del Campus Sur de Santiago de Compostela. Allí tenemos el cartel indicativo del inicio de la ruta.
Durante la ruta atravesaremos diferentes pasarelas antes de llegar a Ponte Sarela. A partir de ahí nos dirigiremos hacia O Carme de Abaixo y el parque de Santa Isabel.
Fijaros en los elementos decorativos de arte urbano que hay en el puente que da acceso al Pedroso.
Una vez pasado el estadio de Santa Isabel, el camino sigue zigzageando al lado del río al lado de las huertas y traseras de las casas de Vista Alegre.
La ruta en si termina en Ponte Romaño, pero podemos continuar por un camino que sale a mano izquierda, que nos acercará por diferentes pistas por las faldas del Pedroso hasta la Granxa do Sexto.
Aún me dio tiempo para admirar la puesta de sol