O Covâo D'Ametade es uno de los lugares más simbólicos que existen la Sierra de la Estrella. Se encuentra situado al comienzo del Valle glaciar del Zèzere, donde el río toma cuerpo. La laguna que existió en este lugar desapareció por los sedimentos glaciares que fueron acumulándose.
La ruta la realizamos con Miguel Serra, estupenda persona y guía, dueño del Hostel SerraVale donde nos alojamos en Manteigas y estuvimos de maravilla. Grabamos la ruta en wikiloc donde podéis verla en el siguiente enlace: COVÂO D'AMETADE - LAGOA DOS CÁNTAROS
Madrugamos un poquito, no tanto como suele hacer Miguel para sacar esas preciosas fotos del sol naciente. Pero antes de las 8 de la mañana estábamos en ruta
El día prometía ya que aunque había nubes altas, lucía un sol espléndido.
Pero la montaña es lo que tiene, no te puedes fiar de ella, ya que el tiempo cambia en cuestión de minutos y ya veíamos como las nubes comenzaban a bajar de altitud y a cubrir las cumbres. No preocupaba todavía ya que no íbamos a ascender ninguna sino que nuestro objetivo era otro: la laguna de los cántaros.
El camino no es sencillo por la gran cantidad de piornos que hay, que junto con la humedad del día, hizo que estuviéramos calados de cintura para abajo a los pocos minutos. La orientación de Miguel extraordinaria ya que existían varias sendas y siempre acertó con la correcta. Por algo, ha ido muchas veces de noche para ver allí el amanecer.
Nuestros peores augurios se cumplieron y en poco rato nos vimos envueltos en una densa niebla que no permitía orientarse adecuadamente.
Ahora teníamos la suerte de seguir al líder que sabía por donde había que ir.
La mayor pena fue llegar a la laguna de los Cántaros y no ver nada. Nos tuvimos que acercar a la orilla para comprobar que allí había agua. Por supuesto un recuerdo a mi querida Galicia, patria de adopción.
En la foto de abajo los tres esforzados montañeros que se dieron una paliza para no ver nada. Pero volveremos en otra ocasión cuando las condiciones climatológicas estén mejor.
El camino de vuelta fue guiándonos por el gps que llevaba yo, ya que se había cerrado el día y era difícil orientarse. Por el camino vimos alguna pequeña laguna.
Además como comenté la altura de la vegetación hacía difícil incluso vernos entre nosotros, por lo que íbamos bastante juntos para no perdernos.
Y por fin la bajada final al Covâo d'Ametade, punto de inicio de nuestra ruta.
La siguiente imagen no es mía, sino que está bajada de internet. Si el propietario no desea que se publique aquí que se ponga en contacto conmigo para retirarla. Esta es la imagen de la laguna de los Cântaros que no pudimos ver. Habrá que volver en otoño.