Hablar de la Isla de Arosa (Illa de Arousa) es hacer referencia a uno de los paraísos naturales que tenemos en Galicia.
En el año 1985, se construyó el puente que une la isla con el continente, eliminando el aislamiento de sus habitantes que estaban conectados con barcos que hacían servicios regulares.
Nada más cruzar el puente nos encontramos con la playa de O Bao, donde existe un aparcamiento tanto para coches como para caravanas. Aquí comienza un paseo peatonal de madera que va bordeando la playa y donde existen diferentes chiringuitos.
A continuación nos encontraremos con una sucesión de playas, separadas por salientes rocosos, como son la playa de Camaxe, la de Camaxiñas, de Lavanqueira, hasta llegar a la punta Conserrado, donde comienza la playa de Conserrado seguida de la playa de Salinas. En punta Salinas comienza el parque natural do Carreirón.
Aquí comienza la playa de Xastelas. Gran parte del recorrido en vez de ir por el camino guiado del parque natural, decidí ir por la playa.
Llegamos a Punta de Xastelas, donde termina el arenal. Aquí es conveniente desviarse para ver las magníficas vistas que tendremos de la península del Grove, justo enfrente de nosotros.
En esta parte de la isla, existe una sucesión de entrantes y salientes rocosos, dignos de admirar: punta de Arnela, con la playa de Arnela y la playa de Lameira.
Durante el camino también nos encontraremos con algunas curiosidades, como este travesaño con los clavos oxidados por el paso del tiempo.
O la gran cantidad de algas de diferentes especies que en algunas bahías forman auténticos tapices de mar.
Una vez superada toda la zona sur de la isla, con sus bahías pequeñas y sus salientes rocosos, llegamos a la punta da Cruz.
Como en muchos otros sitios de nuestro litoral, la gente le ha dado por poner hitos de piedras, que se utilizan habitualmente para marcar los caminos o senderos por las montañas.
Giraremos en la Punta Carreirón, para entrar en la bahía de las Touzas de las Aceñas, donde seguimos observando formaciones rocosas curiosas.
Allí nos podremos encontrar con el esqueleto de los que hace muchos años fue un barco que navegó por estas aguas y del que sólo queda ahora las cuadernas, como si fueran las espinas de un pez.
El fondo de esta bahía profunda es arenoso, con varias playas a lo largo del mismo. Aunque en marea baja se puede atravesar casi por la mitad.
Aquí saldríamos del parque natural de Carreirón pudiendo regresar hacia la entrada si atravesamos el pequeño bosque. Sin embargo, nuestra ruta no ha acabado ya que tenemos que conocer los molinos de marea. Así que proseguimos nuestro caminar entre pinos.
Llegamos al Muiño de mareas de Seca o Molino de mareas As Aceñas. Se trata de una construcción de piedra, y está ubicado en la Ensenada Brava. Se aprovecha de pleamares y bajamares para su funcionamiento; tiene 3 ruedas, una de ellas para moler el trigo exclusivamente y las otras dos para el maíz.
En teoría no se puede llegar hasta el Molino, ya que existe una valla que cierra el perimétro, pero con un poco de cuidado se llega.
Claro que para salir de aquí y no dar la vuelta, hay que bajar a una zona fangosa, porque la pared de ladrillo se ha derrumbado y salir de una finca particular, donde nos hemos metido sin querer.
Llegamos a la punta Quilma y aún proseguiremos un poco más hacia el norte de la isla para poder volver al punto de partida.
Ya de vuelta podemos observar un molino de viento antiguo, aunque no nos podremos acercar a él ya que se encuentra dentro de una finca privada.
El sol que ha jugado con nosotros durante toda la tarde, asomándose y escondiéndose detrás de las nubes, nos empieza a decir adiós.
La ruta la podréis encontrar en wikiloc, como siempre
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